El sábado, 12 de febrero asistí a la Asamblea General
anual de la urbanización Pinares del Meclí gracias a la invitación de la actual
Presidenta.
La finalidad de mi asistencia era la de agradecer a los vecinos
empadronados su participación en las elecciones y sobre todo su apoyo a AIDU a
aquell@s que nos votaron. Así mismo he querido informarles de mi nombramiento
como Delegada de Urbanizaciones, mi horario de atención a los vecinos en el
Ayuntamiento y los asuntos de los que me ocupo en mi tarea de representación de
las urbanizaciones.
Pero hay dos cuestiones que me
gustaría comentaros, confiando que llegue al mayor número posible de vecinos en
Pinares, gracias, espero, a la propia divulgación de los que nos siguen en el Blog y a la de
aquell@s que, por tener su correo electrónico, reciben nuestros comunicados.
En primer lugar, quiero manifestar mi absoluta sorpresa al comprobar la escasísima
asistencia de los vecin@s a una Asamblea
de su Comunidad que, exclusivamente, se realiza una vez al año, siendo el único
foro donde se pueden plantear y debatir los difíciles problemas sobre todo de
infraestructuras que requieren de la toma de importantes decisiones. Si
nosotr@s no luchamos por resolver nuestros problemas ¿qué podemos pedir y
esperar de la Administración? Si no asumimos que nosotr@s somos l@s
protagonistas de nuestra historia, nuestro destino quedará en manos de aquell@s
que, no sintiendo la necesidad acuciante de resolver la problemática de las
colonias residenciales, las hacen pervivir en el tiempo haciendo sufrir a
éstas, condiciones que no merecen porque, en cambio esta población colabora con
responsabilidad ciudadana en el mantenimiento del municipio.
Claro ejemplo lo tenemos en el
famoso “Convenio del agua” con Pinares. Su historia se ha enquistado de tal
forma en el tiempo que difícil veo una resolución conveniente.
Al poco tiempo de iniciarse esta
legislatura, recibí solicitud de la actual Presidenta de Pinares del Meclí sobre
el estado en el que se encontraba el citado Convenio. La documentación que
debería encontrarse en el Ayuntamiento, tras un adecuado traspaso de funciones
entre Concejales, que, al parecer, no debió hacerse por la ausencia de dicha
documentación, por lo que, tras un reiterativo cruce de correos y
conversaciones entre la Presidenta, la Concejala correspondiente y yo misma,
por fin conseguimos que se localizara la documentación y se convocara una
reunión con la abogada de la Comunidad en la que se solicitó mi presencia que
no mi opinión ni la de los técnicos ni secretaria, sobre los términos del
Convenio. Tras establecer los términos del Convenio, este quedó pendiente de
revisión por técnicos y abogada municipales antes de su firma con la Comunidad.
Después de dos meses (principios de
febrero) me escribe la abogada de la Comunidad para preguntarme qué ocurre con
el Convenio que ha pasado ya demasiado tiempo y todavía no han recibido ninguna
comunicación al respecto. Tras consultar con la Concejala responsable me
comenta que parece que hay términos del Convenio cuestionados por técnicos y
secretaria municipales que todavía no se han resuelto.
Estamos a 12 de marzo y seguimos en
el mismo lugar, seguimos esperando que la Concejala convoque la oportuna
reunión, a la que espero ser invitada, para solventar aquellas cuestiones que
impiden que este Convenio se firme.
Lo que os decía, si los 54 vecinos
de Pinares del Meclí, empadronados en Tibi, votaran; digo más, si el doble
estuviera empadronado como vecinos de
este municipio, si en lugar de 20 (aproximadamente) fueran 150 los asistentes a
la Asamblea, si las reivindicaciones estuvieran apoyadas por una importante
mayoría, a lo mejor la realidad de esta “urbanización” sería muy distinta.
Y esta ausencia manifiesta de
participación ciudadana es extensible a todas las “urbanizaciones”; por eso
estamos donde estamos y seguiremos estando, si no lo remediamos tomando
conciencia de que nadie luchará por mejorar nuestras condiciones de vida si
nosotr@s mism@s no controlamos las
riendas de nuestro propio destino.
Julia Cartagena De la Peña
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